LA MÁQUINA DE LAS ESTACIONES de Fran Nuño y Enrique Quevedo


OPINIÓN DE JOSEPH B MACGREGOR

La Máquina de las estaciones, séptimo título de la colección Pez Volador de Almadraba Editorial, nos ofrece una simpático álbum ilustrado cuyo texto está firmado por Fran Nuño (Bilbao, 1973), hombre polifacético que aborda diversas disciplinas todas relacionadas con la imaginación; escritor, narrador oral, animador cultural, durante cinco años recomendó libros de diversos géneros para Radio Sevilla (Cadena Ser), y ha sido además librero-editor y mago. Como escritor ha publicado más de veinte libros de literatura infantil y juvenil, dos poemarios y manuales para la animación a la lectura. Como animador cultural, organiza y coordina actividades de difusión cultural en varios en colegios, bibliotecas o salas de teatro. Como editor-librero consiguió ser finalista durante cuatro años consecutivos (2004 - 2007) al Premio Librero Cultural de CEGAL y el Ministerio de Cultura. Otros premios serían la Mención Especial del Jurado en el II Premio Ciudad de Orihuela por La Hora de los Relojes, poemario infantil (2009) y La Medalla de Oro al mejor álbum ilustrado español Luces de Feria (junto al ilustrador Enrique Quevedo) en los Moombeam Children's Book Awards. 

Las ilustraciones que acompañan la historia están realizadas por el gaditano Enrique Quevedo  (1967), reputado artista plástico con amplia experiencia desde el año 2011 en álbumes ilustrados para niños. 



Nuño nos ofrece un cuento muy original y que se lee muy bien, entretenido y divertido. Aunque por la temática y el desarrollo narrativo gustará seguro a pequeños lectores, es cierto que puede satisfacer también a lectores adultos. El argumento se ubica en una pequeña localidad imaginaria cuyo alcalde posee una maquina que le permite programar la duración de las estaciones. A partir de este planteamiento, se nos cuenta lo que sucede cuando el alcalde, tras un sufragio popular que se resuelve siempre en empate, decide alargar el verano lo más posible, en detrimento del resto de estaciones. La historia resulta muy agradable y me parece muy bien desarrollada y rematada.

Destaca especialmente el trabajo como ilustrador de Enrique Quevedo que realiza un trabajo magnífico no sólo como complemento perfecto al texto que acompaña sino también en el diseño tanto de los objetos (La Máquina de las Estaciones me parece espectacular), escenarios y personajes. Estos últimos aparecen dibujados siempre de perfil, con grandes cabezas y cuerpos pequeños. Consigue además un álbum muy atractivo de ver, lleno de colorido e imaginación, de gran personalidad.

Un trabajo excelente, realizado con mucho cariño y con sumo cuidado.

JOSEPH B MACGREGOR

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